El proceso artístico es, en sí mismo, un esfuerzo revelador
Probando, errando, aprendimos que al sumergir a jóvenes que viven en situación de exclusión en el proceso de creación de una película, las puertas se abren. Las puertas de todos los que participamos se tornan ligeras, y se abren.
El esfuerzo colectivo del rodaje, la exposición interior que exige construir una trama, la toma de decisiones que implica ubicar la cámara, el verse a uno mismo en pantalla, el escoger qué verdad contar… todas las escenas han construido el guión que aún hoy seguimos reescribiendo y rodando.
Un método en permanente construcción que fusiona el poder transformador del arte y el soporte terapéutico del psicodrama, para dotar a jóvenes en situaciones de exclusión de la confianza que requiere pasar de ser objeto de compasión a ser sujetos creadores.
Y así, se multiplican las posibilidades.
24ps